Justo cuando pensaba que había encontrado la felicidad, ésta se escapó de mis manos. Ni siquiera se despidió. Han pasado años, y más tendrán que pasar. Siempre te buscaré allá donde crea que te pueda encontrar, ese lugar en el que tú y yo no necesitemos más el aire para respirar, porque ambos nos bastaremos el uno al otro. Y será ahí donde ,una simple inspiración tuya, signifique mucho más que mi otrora falta de aliento.
Aquí sentado te esperaré hasta que creas conveniente , y apropiado sea, que nos conozcamos. Exactamente, no te conozco aún, pero sé quien eres. No quiero decir que te haya visto u oído, simplemente te he sentido, además, desde hace tiempo te guardo en alguna parte de mi alma. También te puedo jurar que eres una parte indispensable de la misma.
No temo ese abrazo cálido que es prometido, aunque en muy pocos casos cumplido. De hecho, estoy seguro que serás el sol que derrita la fina capa de hielo que me entumece el pensamiento y congela el más puro sentimiento de lo que en el pasado llamé amor. Sin embargo, más que intentar alejarme de este largo invierno, he profundizado más en él, haciendo las noches interminables y los días grises y totalmente sobrios. Quizás no sepa cómo he llegado a esta situación, pero sí se quién es el culpable...
...Aquí presente y adosado a mí mismo, cual muro de hormigón se erige a lo largo de la frontera entre dos países, mi "yo de la mentira" y mi "yo de la verdad". Por suerte, llegó el momento en el cual me harté de todo por lo que ,ahora, estoy intentando horadar ese gran muro con una espátula de plástico. Desde el otro lado del muro; te quiero.
"Nuvole bianche"
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